En este bloque vamos a ver la literatura folclórica, por lo
que primero debemos saber que es.
El folclore es la tradición cultural que se ha ido
transmitiendo de generación en generación.
Por lo que dentro del término folclore también incluiríamos la música,
la danza, la gastronomía, las costumbres…
Ahora vamos a centrarnos en la literatura folclórica, que de
eso trata el blog. Este tipo de literatura nace en los pueblos, es algo que
está más relacionado con las clases medias y bajas de la sociedad. Este tipo de
literatura se transmite oralmente, por lo que va cambiando y no tiene un autor
propiamente dicho.
Una cosa muy importante que hay que saber sobre los textos
folclóricos, es que, por lo general, NO SON INFANTILES, de hecho en la mayoría
de los textos los protagonistas son adolescentes, y siempre hay algo que hace
que rompan el núcleo familiar y creen uno nuevo. Aunque hay excepciones que si
son infantiles, como algunos cuentos, algunas nanas…
Al igual que en la literatura de autor, existen los mismos
géneros, el que más abunda es la prosa. Donde únicamente encontramos género corto, es
decir, cuentos o relatos breves. Vamos a
hacer una clasificación:
1.
Fábulas: Los personajes son animales que
representan los vicios y las virtudes del ser humano. Llevan moraleja. Un
ejemplo que seguro todos conoceréis es “la liebre y la tortuga” ¿verdad?
2.
Cuentos de animales: Al igual que en la
fábula, todos los personajes son animales, sin embargo, aquí los animales
representan roles de personas. Estos son más adecuados a su momento evolutivo
que las fábulas.
3.
Mitos: Narraciones fabulosas e imaginarias que intentan dar una explicación no racional a la realidad.
4. Leyendas:e s una narración tradicional que incluye elementos ficticios, a menudo sobrenaturales.
Con respecto a la poesía, sí existen textos folclóricos para
niños, que están ligados a la música y al juego. Por ejemplo, la retahíla, que
son dos o tres notas que se repiten una y otra vez, como puede ser la canción
que muchos conoceréis, que usábamos de pequeños para jugar a la comba “Una
dola, tela catola…”; o también las canciones de regazo, como son “Aserrín”,
“cinco lobitos”, “palmas palmitas”, “al paso al paso”…
En este punto nos puede ser muy útil la clasificación que
hizo Pedro Cerrillo, Catedrático de la Universidad de Salamanca. Él la
clasifica en ocho apartados:
1.
La nanas o canciones de cuna: durante los
primeros momentos de vida del niño y hasta que éste fuese capaz de expresarse
oralmente. Muchas veces los personajes de las nanas eran de tradición
religiosa, por ejemplo, Ángel de la Guarda.
2.
Las adivinanzas: son de los que mayor
difusión han tenido.
3.
Los juegos mímicos: Canciones o retahílas
que se dicen o cantan con algún apoyo gestual.
4.
Las canciones escenificadas: Aquí nos
encontraríamos las canciones “de comba”, “de corro”…
5.
Las oraciones: Canciones religiosas, que
responden a contenidos referidos casi siempre a elementos o personajes de la
historia cristiana, que se aprenden y se practican de pequeños, aunque muchas
de ellas se siguen diciendo en cualquier periodo de la vida, y que se han
transmitido oralmente de generación en generación.
6.
Fórmulas para echar a suertes: Su función
es la de iniciar un juego, decidiendo quién comienza, quién liga, o quién asume
un determinado papel. Un ejemplo es “cara o cruz”.
7.
Las burlas: Debemos entender como burlas
el género que tiene como finalidad la manifestación, casi siempre pública, por
parte de un emisor ya sea individual o múltiple, de una mofa.
8.
Los trabalenguas: es un tipo de juego que
se basa en la complicación sonora de las expresiones, éstas suelen caracterizarse
por su ilógica.
Con respecto al género dramático, nos encontramos loa títeres de Cachiporra,
que ya existían en la Edad Media. Estos
tienen siempre el mismo argumento.
Pero con respecto a los géneros literarios en el folclore,
no solo tenemos esta clasificación.
Propp a finales del siglo XIX principios
del siglo XX, recogió todos los cuentos que pudo y los clasificó en cuatro
tipos:
- 1. Los mitos: Narraciones fabulosas e imaginarias que intentan dar una explicación no racional a la realidad. Era para explicar a la gente del pueblo con cuentos, los fenómenos naturales, sociales o psicológicos utilizando dioses y héroes como personajes.
Algunos ejemplos son el mito de
Narciso, Pegaso o Cupido.
2.
Los cuentos de animales: Todos sus personajes
tienen que ser animales. Por ejemplo Los
siete cabritillos, el patito feo o
los tres cerditos. Propp los divide en dos:
- Los cuentos de animales propiamente dichos:
donde los animales representan roles de personas. No tienen moraleja, pero sí enseñanza.
- Fábulas: En ellas los animales
representan vicios y virtudes del ser humano. Unos ejemplos que seguro conoceréis son La cigarra y la hormiga o La liebre
y la tortuga.
Siempre tienen moraleja, son historias moralizantes.
- 3. Los cuentos de fórmula: Son cuentos en los que nos interesa más la forma en que se narran y el efecto que tienen en el niño que el contenido. En estos tipos de cuentos se emplean muchos recursos estilísticos.
Existen tres tipos de cuentos de fórmula:
cuentos mínimos, cuentos de nunca acabar y cuentos acumulativos. Y hay otros que
hay que aprenderse la fórmula.
Como por ejemplo: “Ratita, ratita que guapa
estás ¿quieres casarte conmigo?”…siempre se repite la misma frase.
- 4. Cuentos de hadas o maravillosos: Al menos tiene que haber un personaje fantástico, como puede ser un hada, un ogro, un animal que habla (que no es lo mismo que en cuento de animales, ya que aquí únicamente habla esta animal).
Con respecto a la morfología del cuento, éste siempre
presenta un personaje en el núcleo familiar, que debido a alguna circunstancia tiene
que irse, y tras pasar ciertos peligros o dificultades llega a la edad adulta y
forma un nuevo núcleo familiar.
Esta estructura siempre tiene que ser igual, el resto puede
cambiar. Los cuentos están llenos de referencias de la época en la que se
contaban.
Después de Vladimir Propp, hubo otras personas como Rodari o
Sara Cone Bryant que también estudiaron los cuentos folclóricos e hicieron
otras clasificaciones.
Por un lado, Rodari hizo una clasificación pedagógica,
dividiéndolos en cuentos de animales, mágicos, bromas y anécdotas.
Y Sara Cone Bryan fue la primera cuentacuentos que se define
como tal. Su clasificación es por edades. Los clasifica en cuentos de 3 a 5
años, cuentos de 5 a 7 años y cuentos para mayores:
- Cuentos de 3 a 5 años: historias rimadas,
historias de animales, cuentos burlescos, cuentos de hadas…
- Cuentos
de 5 a 7 años: leyendas, cuentos de hadas y burlescos, fábulas,…
- Cuentos para mayores: mitos y alegorías,
parábolas de la naturaleza, narraciones históricas, historias reales,
narraciones humorísticas…
Ahora vamos a hablar de como contar un cuento folclórico,
¿os parece? Para contar un libro o cuento folclórico lo mejor es contarles una
adaptación que hayas hecho tú, que es lo que tendré que hacer en la actividad
de este bloque. En el caso que sea un cuento que tiene versión Disney, como La
Bella y la Bestia u otros muchos cuentos folclóricos que ha adaptado Disney, lo
mejor es contar la adaptación de Disney, ya que los niños la conocen y es la
que más les gusta.
El cuento hay que contarlo sin mostrar ilustraciones, para que
así los niños desarrollen su imaginación, su creatividad.
Al hacer una adaptación hay que respetar los roles de los
personajes y la estructura (dificultades y ayudas que encuentra el protagonista
en su camino). Tiene que haber personajes malos y los protagonistas han de
pasar pruebas para madurar. Esto da la
enseñanza de que de lo malo se puede sacar algo bueno.
Ahora vamos a ver los adaptadores y recopiladores más
conocidos según la época:
Ø
En el siglo XVIII en Francia nos encontramos a Perrault que recogió historias y las adaptó
para que tuviesen una función moralizante. También encontramos a Berquin que
hace una versión de una historia grecorromana que encuentra y la llama El lobo blanco. También Madame Le Prince
de Beaumont que adapta también la historia y la titula La Bella y la Bestia.
Ø
En la primera mitad del siglo XIX durante el
Romanticismo que fue una época de nacionalismos, donde se trataban temas como
el amor, la tristeza, el destino, la muerte de forma subjetiva, en Alemania nos
encontramos a los hermanos Grimm, que eran recopiladores. El editor fue el que
les recomendó que recopilasen historias que se transmitían oralmente, para que
éstas no se perdieran. Tenían un interés conservacionista.
Los hermanos Grimm no adaptaron,
solo mejoraron la escritura y completaron algunas historias. La primera edición
que sacaron se agotó rápidamente, pero la segunda edición, aunque comenzó vendiéndose
bien, la gente empezó a quejarse de que los cuentos no eran para niños (9 a 10
años).
Los hermanos Grimm no habían
pensado recopilar libros para niños, pero la editorial decidió que sí ya que en
esa época no había literatura infantil para entretener, solo existía literatura
infantil para moralizar, para educar. Y
así hicieron en la tercera edición llamada Cuentos
del niño y del hogar.
De esta época es también Hoffman
que cogió varios cuentos de la tradición oral y los mezcló en uno solo. También
es famoso gracias a que un músico creó una melodía dedicada a su obra El ballet del cascanueces y el rey de los
ratones.
Ø
Ya en la segunda mitad del siglo XIX, durante el
realismo, que era más objetivo y donde uno de los principales temas era la
muerte, en Dinamarca, nos encontramos a Hans Christian Andersen. Andersen juntó
sus propias creaciones con el folclore (adaptación de textos folclóricos), por
lo que podemos decir que fue escritor y adaptador. A Hans C. Andersen le
importaba mucho el fin artístico.
Suyos son libros como El soldadito de plomo, El patito feo, La sirenita…y otros como La pequeña vendedora de fósforos o La cerillera, donde trataba el tema de
la situación de los niños pobre es la calle.
Ø
En la misma época pero en Inglaterra, había otro
escritor que también se preocupaba por la situación de los niños pobres en la
calle, este fue Charles Dickens. Uno de sus libros más conocidos y que seguro
que a todos os sonará es Oliver Twist.
En esta época y debido al realismo de sus
autores, los cuentos no solían acabar bien, aunque sí nos dejaban enseñanzas.
Ø
También en el siglo XX pero en España nos
encontramos a Fernán Caballero, que era el seudónimo de Cecilia. Fue la primera
recopiladora. Hizo una selección de cuentos e historias que se contaban entre
los niños (a partir de los 8 años).
Ø
En el siglo XX hubo muchos recopiladores
folclóricos en muchos países. Un ejemplo es Saturnino Calleja, que era un
editor que tenía una editorial donde publicaba libros infantiles y juveniles buenos
y caros escritos por escritores famosos de la época. Estos libros los compraban
la clase media-alta, por lo que decidió crear una colección más barata que pudiesen
comprar las clases medias. Para estas ediciones se ahorraba dinero en ilustraciones,
papel…
Estos cuentos eran anónimos, bien
porque fuesen folclóricos o tradicionales en versiones adaptadas, o bien porque
estuviesen escritos por alguien a quién no se le permitía firmar.
Estos libros no llevaban
moraleja, aunque sí tenían enseñanzas (carácter moralizante).
Ø
Y ya por último nombrar al Padre Coloma, éste
descubrió que los niños aprendían mejor de forma lúdica. Se dedicó a recoger
historias de la tradición oral y las adaptó a los niños de su época con una
intención moralizante católica. Si veía que no había quedado muy claro la
enseñanza incluía una moraleja, aunque no siempre. Se empezaron a utilizar
estos libros para educar a niños de infantil (prescolar), ya que no había otra
cosa en esta época.
- www.wikipedia.org
Y los blogs de algunos de mis compañeros, que los podéis encontrar en blogs que sigo.
Muy bien. la primera "clasificación de textos folclóricos" no es tal... eran ejemplos de subgéneros que puse en clase. Yo la quitaría de ahí porque luego, con la clasificación de Propp, repites demasiado.
ResponderEliminarTe faltan los enlaces de interés.